jueves, 30 de mayo de 2013

Cuento Versus Novela

 


Cuento versus Novela


 

    Excelente ensayo que nos muestra de manera comparativa las características y diferencias entre ambos géneros:




Cuento versus Novela



Cuento versus novela
por Daniel Herrera Cepero



Un cuento es una imagen que razona.
Gaston Bachelard


Tomando como base el ensayo del escritor argentino Julio Cortázar “Algunos aspectos del cuento” (originalmente publicado en Diez años de la revista “Casa de las Américas”, nº 60, julio 1970, La Habana) y cotejando éste con otros textos de otros autores, vamos a trazar aquí unas líneas generales que nos sirvan de acercamiento reflexivo hacia el debate que nos ocupa: ¿Qué diferencia al cuento de la novela?


      Desde la aparición de las narraciones extraordinarias de Edgar Allan Poe y los relatos de Kafka, pasando por el impulso dado por el boom latinoamericano, hemos llegado a un punto en que el interés por el cuento no ha dejado de subir. En 1970 Julio Cortázar afirmaba que “casi todos los países americanos de lengua española le están dando al cuento una importancia excepcional que jamás había tenido en otros países latinos como Francia o España” (Cortázar, 1970). En aquel momento Cortázar ignoraba aún de qué manera Europa recogería su herencia y la de muchos escritores americanos. 

 

     Hoy en día, y no sólo en España, cada vez hay más jóvenes que se interesan por este género y lo practican, cada vez hay más talleres de escritura orientados al relato, más reuniones literarias cuyo centro de creación común es el mismo, más y más concursos de cuento. La novela no se ha visto afectada por esta abrupta fiebre de popularidad del cuento, de manera que ambos géneros narrativos conviven en el plano creativo. Es en otro plano, el de las ediciones y las ventas, donde al cuento todavía le queda mucho por conquistar; de momento, tal y como explica Félix J. Palma (Lanzas, 2002) el lector de relatos vendría a ser una “rara avis” perteneciente a una minoría suficientemente educada para disfrutar de ellos y que además no deja dinero a la industria editorial. 

martes, 28 de mayo de 2013

16 Consejos de Borges para escritores


16 Consejos de Borges para escritores



    


Según Jorge Luís Borges, en literatura es preciso evitar:



1- Las interpretaciones demasiado inconformistas de obras o de personajes famosos. Por ejemplo, describir la misoginia de Don Juan, etc.

2- Las parejas de personajes groseramente disímiles o contradictorios, como por ejemplo Don Quijote y Sancho Panza, Sherlock Holmes y Watson.

3- La costumbre de caracterizar a los personajes por sus manías, como hace, por ejemplo, Dickens.

4- En el desarrollo de la trama, el recurso a juegos extravagantes con el tiempo o con el espacio, como hacen Faulkner, Borges y Bioy Casares.

5- En las poesías, situaciones o personajes con los que pueda identificarse el lector.

6- Los personajes susceptibles de convertirse en mitos.

7- Las frases, las escenas intencionadamente ligadas a determinado lugar o a determinada época; o sea, el ambiente local.

8- La enumeración caótica.

viernes, 24 de mayo de 2013

¿Cómo escribir Novelas y Relatos? Ramón Fernández Palmeral

       Les dejo completos consejos y observaciones de este escritor. Es algo duro pero, si lo leen hasta el final, conseguirán buenos consejos, verdaderas joyas para quienes leemos y escribimos algo.   



           ¿CÓMO ESCRIBIR NOVELAS Y RELATOS?


                 Por Ramón Fernández Palmeral

           

                                                                                                                  ÍNDICE
          Introducción............................................

         Cómo cocinar una novela con trama..........
         Fundamentos………………………………………..
         Principios……………………………………………...
         Elementos esenciales…………………………….
         Reglas fundamentales………………………….
          Cómo escribir relatos.............................
    



 Nota.- El autor de este artículo no se responsabiliza de los daños emocionales, bajada de moral o de autoestima que pueda causar la lectura del mismo a los lectores.
      
                                                                                                    INTRODUCCIÓN


 Un amigo me propuso que le enseñara algunos trucos para escribir novelas y relatos, lo cual me molestó en cierta manera, y le comenté sin pensármelo, ¡joder, coño! un escritor que pretenda ser profesional de la novela o del relato, como profesional lo es un médico, un ingeniero o un técnico en informática, no puede usar trucos o  fullerías en su oficio fuera un asunto de suerte; porque creía que el arte de escribir novelas y relatos fuera una cuestión de magia o malabarismo de palabras, juegos nada más (las palabras no son sílabas sino semántica), como si cualquier hombre o mujer, que haya fracasado en su profesión y necesitando salir del paro profesional busque en el relato o la novela dar el golpe de suerte. Esto sí que le jodió mucho, se sentía un poco humillado y descolocado. "Bueno, pues me dedicaré al ajedrez o a los videojuegos..." -respondió con cierto desprecio-. Luego pensé para mí, y, tú quieres ser novelista, vete a la mierda ¡hombre! En este mundo hay que estar a prueba de balas.  Hay que respetar mucho al lector, que es sabio y será tu juez.


miércoles, 15 de mayo de 2013

Sobre el punto de vista en la narración

Sobre el punto de vista en la narración 

 



      El punto de vista es el elemento más complicado de la narración. Si bien es posible analizarlo, definirlo, esquematizarlo, se trata en última instancia de una relación entre escritor, personajes y lector que, como toda relación, tiene sus sutilezas. Podemos discutir sobre el narrador, la omnisciencia, el tono, la distancia o la credibilidad en determinado cuento, pero ninguna conclusión que saquemos lo ubicará en el mismo casillero con otro cuento. 



      En primer lugar debemos desechar la acepción común de la frase "punto de vista" como sinónimo de opinión, como cuando decimos por ejemplo "desde mi punto de vista debe haber pena de muerte". La visión del autor acerca de lo que es o debería ser el mundo se nos revelará al final, según el uso que haga del punto de vista; y no al revés: identificar las creencias del narrador no sirve para describir el punto de vista en el relato. En lugar de pensar que el punto de vista consiste en la opinión o las creencias del autor, hay que tomarlo de un modo más literal, como "el punto desde donde se mira mejor". 



¿Quién se ubica dónde para mirar la escena?

  


      O, mejor, como estamos hablando de lenguaje, las preguntas deben ser: ¿Quién habla, a quién, cómo, a qué distancia de la acción, con qué limitaciones?: aspectos todos relacionados con la elección del punto de vista. Dado que el autor quiere hacernos compartir su perspectiva, las respuestas nos ayudarán a descubrir su opinión, sus juicios, su actitud o su mensaje. 



¿QUIÉN HABLA?


      La primera decisión que debe tomar un autor respeto al punto de vista tiene que ver con el narrador. He aquí la clasificación más simple que se puede hacer acerca de quién habla: un cuento puede ser narrado en tercera persona (Ella pasea bajo la luz de la luna), en segunda persona (Paseas bajo la luz de la luna) o en primera persona (Paseo bajo la luz de la luna). Los relatos en segunda y tercera persona los cuenta un narrador, los relatos en primera persona, un personaje. 



Tercera persona


      La tercera persona, desde la cual el narrador cuenta el relato, se puede subdividir según el grado de conocimiento u omnisciencia que asume el narrador. Advierta que, como estamos hablando de grados, las subdivisiones son sólo aproximadas. Como autor está usted en condiciones de decidir cuánto sabe. Puede conocer la verdad plena y eterna; puede saber qué hay en la mente de uno de los personajes pero no qué piensa el otro; o puede saber únicamente lo que se ve desde fuera. Usted decide. Al comienzo del cuento deberá indicar al lector qué grado de omnisciencia ha elegido; una vez hecha esta señal, se abre un "contrato" entre el autor y el lector, contrato delicado de romper. Si se ha limitado a la mente de James Lordly durante cinco páginas mientras James mira lo que hacen la señora Grumms y sus gatos, rompe usted la convención si se mete de pronto en la mente de la señora Grumms. Igualmente, nos sentiríamos tratados mal y dispuestos a romper gustosos el contrato si nos da usted los pensamientos de los gatos. 



      El narrador omnisciente -llamado a veces narrador editor omnisciente porque dice de frente lo que se supone que debemos pensar- tiene un conocimiento total. Cuando es usted autor omnisciente es un dios; puede:

1. Informar objetivamente lo que está pasando.
2. Meterse dentro de la mente de los personajes.
3. Interpretar por los lectores la apariencia de los personajes, lo que dicen, sus actos o sus ideas, aun si los propios personajes no pueden hacerlo. 

miércoles, 8 de mayo de 2013

Sobre las Obras inconclusas

Sobre las obras inconclusas.

      Por caprichos del destino, Charles Dickens murió justo en el medio de una novela de misterio.



     Recientemente la BBC intentó resolver "El misterio de Edwin Drood". La escritora Gwyneth Hughes no sólo adaptó la novela sin terminar de Dickens para la televisión, sino que también le inventó un final.

     "Leí el libro y me pareció brillante", dice Hughes. "Pero cuando estás viendo un drama, lo único que importa es cómo va a terminar. Para usar la frase de Alfred Hitchcock, 'es lo que te mantiene pegado a la silla'".
     Hughes se inspiró en Katie, la hija de Dickens. Ella decía que había que recordar de su padre lo que él hacía mejor: escudriñar el corazón humano.

      "Esto me animó a ir hacia donde me llevaron los personajes y espero que la gente a la que le fascina el libro -aunque no le guste lo que haya hecho con la novela- siga adorando a los personajes de Dickens".
Pastiche

     La lista de grandes autores que dejaron sus obras a medio terminar, a causa de una enfermedad o la muerte, es larga. Jane Austen, las hermanas Bronte, Albert Camus, Frank Kafka son sólo algunos de ellos. Y alrededor de estas figuras fue creciendo una industria de los llamados "continuadores", que buscan terminar con sus propias palabras lo que otros empezaron.

     ¿Pero por qué un escritor que se precie elegiría finalizar el trabajo de otro autor en vez de crear su propia obra? Es muy posible que el resultado de una obra iniciada por uno y finalizada por otro sea un pastiche.
Es un territorio peligroso, señala el profesor John Mullan, quien actualmente está escribiendo un libro sobre Jane Austen. "Lo que esperamos cuando leemos una obra de Austen, Dickens o Laurence Sterne, es una voz en particular, y eso es extremadamente difícil de recrear".